jueves, 10 de junio de 2010

Los que aún habitan cerca del agujero

Están a la espera de ser notificados si deben o no abandonar el área que la Conred delimitó como zona de riesgo.

Diana Choc

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Ampliar imágen EP Foto: Moisés Castillo vista aérea de la zona 2, donde se formó un agujero similar al registrado en 2007 en el Barrio San Antonio, zona 6.

Es difícil abandonar el lugar donde viví por más de 10 años, pero si es por mi vida y la de mi familia lo haremos. El terror nos persigue y la pasamos angustiados desde el sábado 29 de mayo al filo de las 19:30 horas. Escuchamos un enorme retumbo y un temblor, seguido por los gritos de auxilio del vecino de la siguiente cuadra que días después fue encontrado muerto en un río después de que cayó en los colectores, dice Rocío Noguera, quien aún permanece a unas 6 casas del agujero de Ciudad Nueva, en la zona 2.


El pánico de las personas que habitan a lo largo de la 11 avenida A, 6a. y 7a. calle es evidente. Más de la mitad de los vecinos prefirieron no correr el riesgo y abandonar sus casas. El otro pequeño grupo se encuentra a la espera de que las autoridades de la Municipalidad o de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) se acerquen y expliquen lo que ocurre, pero informan que aún no tienen respuestas.
“Estamos a la espera de instrucciones, nos preocupa dejar la casa sola porque se siente vacío y sin seguridad. ¿Usted qué nos recomienda?”, pregunta Noguera, mientras vuelve la mirada desalentadora hacia las láminas que tapan el hundimiento y se agarra la cabeza.

Exigen respuestas

Haydé Noguera vivió a dos casas del agujero hasta que ayer decidió mudarse a la propiedad de un familiar. Y mientras terminaba de llenar su carro de maletas, dijo que exigirá que las autoridades realicen un estudio de suelo en su propiedad, porque aunque su casa no tiene daños la de al lado sí, y quiere estar segura de que no corre riesgo cuando regrese.

No los podemos obligar

El director de la Conred, Alejandro Maldonado, asegura que ellos ya emitieron la alerta y eso debiera ser suficiente para que la gente abandone sus viviendas. “En algunos casos las personas se ponen difíciles y no quieren dejar sus pertenencias, pero la responsabilidad es de cada uno y no se les puede obligar”, menciona.
En tanto quienes ya salieron del lugar, regresan poco a poco a sacar sus pertenencias. Siempre se toma en cuenta que no ingresen vehículos grandes para evitar el peso, hasta que esto vuelva a la normalidad.


Alrededor de las láminas que circulan el hundimiento se observan dos agentes de la Policía Nacional Civil, y aunque prefirieron omitir sus nombres, expresaron que han sido enviados para vigilar que nadie ingrese a la orilla del agujero y en ocasiones rondar para que no saqueen las casas.


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